Sobre los Autores:
Fausto Sicha es egresado de City University of New York de la cual tiene un Master’s Degree en Política Internacional.
Jennifer Hall cursa sus estudios de posgrado en Columbia University y se especializa en Trabajo Social.
Este artículo tiene dos objetivos. Primero, es nuestro deseo ilustrar brevemente como las políticas migratorias de Obama son iguales y a veces hasta peores que las de Bush. Segundo, para contribuir a la solución del problema migratorio, ofrecemos cinco sugerencia que esperamos sirvan para ganar el apoyo para una reforma migratoria al menos de un segmento de la sociedad y de algunos republicanos en el Congreso. Reconocemos que las sugerencias son amplias y algunas no tienen precedentes, sin embargo, creemos que es hora de tratar algo nuevo especialmente ahora que las protestas y huelgas de hambre ya no tienen el mismo efecto de antes.
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Desde su llegada al poder, el Presidente Obama no solo ha seguido algunas de las políticas migratorias de Bush, sino que los ha hecho aun peor. Dicha realidad y la falta de liderazgo por parte de la Casa Blanca para reformar el sistema migratorio, es causa de angustia y decepción entre el 67 porciento de latinos que votaron a favor de la presidencia de Obama, y los casi 12 millones de inmigrantes que esperan una reforma migratoria.
Desde el inicio, la popularidad inicial del presidente y su elección histórica junto con sus promesas de reforma al sistema migratorio, ha hecho que los latinos creamos en él y no cuestionemos sus políticas migratorias. Tal comportamiento nuestro es inaceptable, especialmente porque después de tantas promesas ahora se nos dice que una reforma migratoria depende del apoyo decisivo de los republicanos.[1] Qué suerte la nuestra! Los líderes se volvieron simplemente seguidores de aquellos que no quieren liderar. Pero mientras en el Congreso se decide qué partido debe liderar una reforma migratoria, en las calles se sienten con más frecuencia los efectos de las políticas iniciadas por Bush y ahora promovidas por Obama. Así por ejemplo, en el 2009 la actual administración deporto una persona cada 75 segundos, y destruyo un promedio de 1.100 familias por día.[2] Pero eso no es todo, desde su llegada al poder, Obama continua promoviendo el cheque del estado migratorio de las personas en las 3.100 cárceles locales a nivel nacional, continúa la política de “cero tolerancia” a través de la encarcelación de las personas detenidas al cruzar la frontera sur, y no ha parado la construcción del muro “virtual” en la frontera con México.[3] La firma de una Orden Ejecutiva es todo lo que se necesita para detener el daño que causan estas políticas. Pero Obama nos ha negado esos segundos que le tomara firmar dicha orden. En el caso de las deportaciones, en el 2007 Bush se preparaba para deportar 259.000 inmigrantes, en el 2008 ese número creció a 304.000,[4] pero con la llegada de Obama al poder, en el 2009 el número de deportados llego a 400.000.[5] Contando únicamente aquellos inmigrantes deportados por U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE) la cantidad se incremento un 13% en el primer año de la presidencia de Obama.[6] Por otra parte, para que inmigración visite las cárceles locales e identifique el estado migratorio de los detenidos, la administración de Obama en su propuesta presupuestaria del 2010 pidió al Congreso $ 200 millones, esta cantidad representa un 30% de aumento en el presupuesto establecido para tal efecto.[7] Esto y más suceden al mismo tiempo que Obama no ha parado de prometernos una reforma integral. Ahora que las elecciones de medio término se acercan, el Senado nos presenta una prepuesta bipartidista, que por cierto no llegara a nada, pero que sin embargo servirá especialmente a los congresistas demócratas a pretender que están haciendo algo por nosotros. Al mismo tiempo, al decir que una reforma migratoria depende del apoyo republicano,[8] el gobierno intenta culpar al partido opositor del incumplimiento de su promesa. Pero confiando que en una democracia los representantes políticos reflejan el deseo de sus constituyentes, sugerimos modestamente ideas que esperamos sirvan para ganar el apoyo para una reforma migratoria por parte de un gran segmento de la población en general.
La gente y políticos que no apoyan una reforma migratoria lo hacen mayormente por que en pocos años habrá otra vez gente que ha entrado a la nación sin permiso. Este hecho que se repite a través de la historia sugiere que la migración no es un problema nacional sino un problema continental. Por tal razón, pensamos que este problema social debe ser tratado en conjunto con países latinoamericanos. Por eso, sugerimos:
Primero, el Presidente Obama debe convocar una cumbre de las Américas para discutir el problema migratorio y como solucionar/reducir el mismo. Dicha cumbre servirá para mostrar tanto a la gente como a los políticos que la Casa Blanca está haciendo un esfuerzo sin precedentes para reducir el problema migratorio tanto en el origen como en el destino.
Segundo, en el caso de donaciones económicas, la actual administración debe buscar maneras de trabajar mayormente con los gobiernos locales y no con los gobiernos nacionales. El problema migratorio se da principalmente en las ciudades pobres de un país y por lo tanto son los gobiernos locales los que necesitan ayuda directa. Dicha canalización de la ayuda económica no solo creara fuentes de empleo y reducirá la migración, sino también reducirá la burocracia y la corrupción las cuales son entre otras cosas causantes del fenómeno migratorio.
Tercero, la administración actual debe incentivar a inversionistas extranjeros a abrir fábricas manufactureras en ciudades con una migración masiva. Para tal efecto, se debe llegar a acuerdos bilaterales en donde los productos producidos en estas fábricas estén exentos de impuestos aduaneros. Creemos que los gobiernos latinoamericanos no tendrán mayores problemas en aceptar dicha propuesta debido a las fuentes de empleo que estas fábricas producirán. Mientras más empleo haya en el lugar donde se origina la migración, menor será el número de inmigrantes sin permiso en este país.
Cuarto, en vez de dar donaciones económicas a través de acuerdos bilaterales para tratar de erradicar militarmente problemas sociales como el narcotráfico y la guerrilla, la actual administración debe dedicar esos fondos para promover el cumplimiento de la ley y el reforzamiento de sistemas judiciales en Latinoamérica. Por ahora, el apoyo económico dado a militares colombianos ha servido para expandir a nivel regional un problema nacional. Así por ejemplo, en un esfuerzo por prevenir la ampliación del problema Colombiano; Venezuela tiene 20.000 efectivos militares en la frontera con Colombia, Ecuador le sigue con 7.000, Brasil con 5.000 y Perú con 3.000 militares. A pesar que la militarización de la frontera norte al Ecuador por ejemplo le cuesta más de $ 100 millones anuales, el problema Colombiano no solamente ha persistido sino que hoy en día es aun peor. La misma historia se repite con los países antes mencionados. Por lo tanto, mientras mayor es la inestabilidad social y menores son las posibilidades de empleo difícilmente se podrá reducir el flujo migratorio.
Quinto, se debe llegar a acuerdos bilaterales en donde estudiantes de posgrado de los Estados Unidos puedan asistir a gobiernos locales en Latinoamérica a través de planificación urbana, arquitectura, e ingeniería. Este intercambio estudiantil también debe servir para dar a nuestra gente orientaciones de inversión económica, planificación familiar, clases de Ingles y computación. Mientras mayor sea la educación de nuestra gente y mejor preparados se encuentren para invertir las remesas que su familiares les envían, menor será el número de personas que decidan emigrar. En compensación por su servicio, los gobiernos nacionales o locales deben dar créditos universitarios a todo aquel estudiante que participa de dicho programa.
Creemos firmemente que la promoción de estos 5 puntos servirá para ganar al menos parcialmente el apoyo para una reforma migratoria no solamente de un gran segmento de la población sino también de parte de algunos republicanos en el Congreso. Pero mientras la promoción de estos cinco puntos sucede en los Estados Unidos, los gobiernos latinoamericanos deben trabajar en conjunto para; erradicar la pobreza y la corrupción, promover la educación y la participación democrática, y para reducir la inestabilidad social y política que no hacen más que incrementar la migración.
Insistimos, inmigración es un problema continental. Es hora de discutir el problema más allá de las salas del Congreso. Es hora de tratar de resolver el problema con Latinoamérica y no solo con los republicanos. Es hora de liderar por aquellos caminos nunca recorridos. Es hora de una reforma migratoria; los inmigrantes lo sueñan, la economía lo necesita, la historia lo pide, la patria nos juzgara.
[1] Julia Preston, “Obama Links Immigration Overhaul in 2010 to G.O.P. Backing,” The New York Times, http://www.nytimes.com/2010/03/12/us/politics/12immig.html
[2] Hoyt Joshua, “Obama’s moral Failure on Immigration,” Chicagotribune.com, http://www.chicagotribune.com/news/politics/obama/ct-oped-0318-immigration-20100318,0,1740729.story
[3] Hsu Spencer S., “Little New in Obama’s Immigration Policy,” The Washington Post, http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/05/19/AR2009051903404.html
[4] Preston Julia, “304.000 Inmates Eligible for Deportation, Officials Say,” The New York Times, http://www.nytimes.com/2008/03/28/washington/28immig.html
[5] Hoyt.
[6] La cantidad de deportados paso de 264.541 en el 2008 a 298,401 en el 2009.
[7] Hsu Spencer S., “U.S. to Expand Immigration Checks to All Local Jails,” The Washington Post, http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/05/18/AR2009051803172.html
[8] “Despite Continued Support for Emerging Legal “Framework,” Little Room Left on 2010 Agenda for the Politicking,” CBC News, http://www.buzzbox.com/top/default/preview/can_obama_keep_his_immigration_reform_vow/?id=758411&topic=Immigration%3ABarack_Obama